Leibniz y el pensamiento hermético

A propósito de los “Cogitata in Genesim” de F. M. van Helmont

Colección Leibnizius Politechnicus nº3
Universidad Politécnica de Valencia, 2 vols. 2002
ISBN: 84-9705-144-0
Sinopsis:

En la primavera-verano de 1696 F. M. van Helmont (1614-1698), con más de ochenta años a cuestas, “eremita peregrinans”, “philosophus per unum in quo omnia” —según gustaba presentarse a sí mismo, eslogan éste último que, dentro de su ambigüedad, Leibniz compartía—, recaló en el palacio de Herrenhausen, residencia ducal, a rendir última visita a su antigua pupila y amiga, la Electora Sofía de Hannover, y recordar los viejos tiempos juveniles de La Haya y de Heidelberg. Ahora, después de tantos años, todas las mañanas —según refiere Leibniz— se reunían ambos pensadores en los aposentos de la Electora a deliberar ante ella sobre las emanaciones divinas, la naturaleza o esencia de las cosas, las correspondencias cósmicas, la curación de las enfermedades, la transmigración de las almas, los metales, las plantas, los espíritus… Y por las tardes —vuelve a contarnos Leibniz en su Tagebuch de aquellos días— ambos debatían hasta no poder más sobre estas cosas, de las que el filósofo “tomaba apuntes”.

Fruto de las interminables conversaciones vespertinas de aquel verano memorable fueron, entre otros muchos, los “apuntes” que Leibniz iba tomando, al dictado del teósofo, sobre los “Cuatro Primeros Capítulos del Génesis”, y que fueron editados en Ámsterdam, 1697, con van Helmont como autor, bajo el título “Quaedam Praemeditatae et Consideratae COGITATIONES super quatuor priora Capita libri primi Moysis GENESIS nominati”.  

Tras los caminos roturados ya en mi anterior tesis doctoral (1988-1993) sobre la profunda dimensión hermético-organicista anticartesiana, poco explorada todavía, del pensamiento del filósofo de Hannover, el cometido de este nuevo libro fue entonces, en una primera parte, transcribir los manuscritos inéditos y el definitivo borrador de las COGITATIONES, salido de la pluma de Leibniz, que se publicó tal como él lo dejó. Y en una segunda parte, profundizar en aquellos aspectos que, desde la interpretación helmontiana del Génesis, se traslucen en la aplicación que de ellos hace Leibniz a su propio organigrama conceptual, y sus finales divergencias respecto de sus amigos, padre e hijo. Desgraciadamente, este libro (2002) está ya descatalogado y no sé si algún día algún editor se atreverá con él y lo considerará digno de una nueva publicación. Yo he procurado suplir de alguna manera esta ausencia con otros ensayos posteriores más breves y sintéticos, que el lector podrá encontrar y discutir en esta nueva página.