Leibniz. Variaciones sobre La Ciencia General. Textos.
2021
Sinopsis:
Gottfried Willhelm Leibniz (Leipzig, 1646-Hannover, 1716) fue uno de los grandes inspiradores de la Nueva Revolución Científica de los siglos XVI y XVII, junto con sabios como Copérnico, Kepler, Galileo, Descartes, Newton, etc. Ahí están, entre otras muchas anticipaciones, su aportación técnica al cálculo infinitesimal, su sagacidad para vislumbrar el origen premecánico de los conceptos de energía y complejidad del mundo natural, su intuición de la importancia del cálculo binario para hacer computacionales las ciencias del futuro, etc. Pero su gran aportación a la Nueva Ciencia fue, sin duda, aunque esto no siempre haya sido valorado sino más bien olvidado u oscurecido por algunos historiadores de la ciencia, haber entendido desde el primer momento que la Nueva Ciencia requería, antes que nada, la puesta a punto de su propia Epistemología, la necesaria refundación ad hoc de lo que Aristóteles llamaba “la Ciencia Deseada” o “Filosofía Primera” y que Leibniz, consciente de la revolución que se avecinaba, entendía como la Ciencia General, aquel Gran Océano —decía él— en el que se mueven y se bañan (¡) los diversos mares, las diversas ciencias, simbólicamente conectadas y a la vez formalmente independientes entre sí, pero todas ellas, como también había enseñado el Estagirita, al servicio del bien común y del progreso del género humano.
En origen, este trabajo, fruto de varios años, no tenía más intención que la de responderme a mí mismo sin prisas a la inquietante pregunta sobre la complejidad del mundo que subyace a la inagotable actividad científico-filosófica de Leibniz. Para ello —y debido precisamente a dicha extraña complejidad—entendí que había que invertir el orden convencional comúnmente admitido y practicado en los Manuales Introductorios al uso, y dar primacía en el cuerpo del libro a los textos mismos del filósofo de la manera más ancha y exhaustiva posible y no limitarme a garantizar mis afirmaciones sintéticas con breves referencias textuales del filósofo en notas a pie de página.
Así que este libro no es simplemente una colección de sucesivos fragmentos de los escritos del filósofo, sino la visión de conjunto de su pensamiento complejo entendiendo el mundo como un organismo vivo e interactivo, que Leibniz mismo asimilaba a veces a la interacción orgánica de los miembros corpóreos en la vida animal y otras veces comparaba con las diversas calles y plazas de la “Gran Ciudad”, a cada una de las cuales se puede acceder y de cada una de ella salir hacia cualquier otra (ambas imágenes son suyas). A este universo él lo llamaba Ciencia General. Por mi parte, tras la correspondiente “Presentación” sintética con la que inicio cada Variación, el cuerpo fundamental del libro —las calles y plazas de la Ciudad— lo constituyen naturalmente los textos de acuerdo con las diversas ciencias que el filósofo practicó o vislumbró como científico total que quería ser. Y lo mismo que en el presente en la Gran Ciudad, encontrará el lector bien señaladas y distribuidas las estaciones del metro suburbano, que son las notas a pie de página; a través de ellas podrá trasladarse con facilidad de unas calles a otras, de unas ciencias a otras, observar lo que entre ellas tienen de común y de específico, abreviar caminos, conectar rincones insospechados y quizás verificar mi hipótesis; así lo espero.
Al final, ha resultado un libro voluminoso: para no ser leído de corrido como si fuera una narración, sino reposadamente; para descubrir en cada una de sus páginas —digo literalmente en cada una de sus páginas, Leibniz se repite incansablemente pero no casualmente— el arsenal inagotable de las infinitas sutilezas inteligibles que el genio del filósofo vislumbraba cada día sobre la marcha de la summa rerum. “La naturaleza —solía decir—es uniforme en el fondo de las cosas, pues en última instancia todos los cuerpos se resuelven en vivientes; pero es variada y multiforme en sus infinitas manifestaciones”. De modo que lo que al inicio no fue pensado en mi intención como Manual Introductorio para jóvenes que se inician en la filosofía de Leibniz, pueda resultar al fin —así lo espero— un instrumento útil para debates y seminarios de jóvenes y mayores.